viernes, 10 de enero de 2014


Lluvias de Huapaca

A Lyla



Ahora, como en Huapaca, llueve en la ciudad.

Pero la lluvia tiene tu nombre
y las primeras gotas siempre me hablan de ti
como niños tiernos
que llegan después del recreo.

¿Dónde se esconden los ojos con que me mirabas?

Allá éramos felices
como dos orugas encabritadas de tanto horadar la noche.
Vivíamos arrojados por la soledad,
detrás de los cipreses y pinos
que crecían vistiendo nuestros sueños furtivos.
Vivíamos detrás de los vientos
que nos decían que ese era otro país,
de donde, quizás, jamás regresaríamos.

¿Cuándo será marzo otra vez?

¿Cuándo será abril o mayo, para que la nieve del patio
me devuelvan los besos apurados
con que me robabas el cielo que econdía para ti?

Aunque he guardado algo de ti para el camino;
yo, sin embargo,
vuelvo a ese lugar olvidado de las vacaciones.
Voy en silencio, para hallar tus palabras
que vestían los amaneceres.
Voy, aunque mis lágrimas
sean la única forma de lluvia que conozco,
cuando la distancia y tu silencio se clavan en mi corazón.
Enero de 2014.

sábado, 4 de enero de 2014


PRONTO "LA OTRA MIRADA" de Luis Pacho


 

LA OTRA MIRADA
Luis Pacho
Serie de narrativa breve Presagio Nº 11
Grupo Editorial Hijos de la lluvia
Pp. 96
ISBN: 978-612-4177-09-5
Lima, 2013

 
Estos nueve relatos proponen un recorrido por los territorios que colindan la memoria y la imaginación. Luis Pacho no sólo vierte aquí sus recuerdos, sino que indaga en la memoria colectiva. Los nombres y los referentes de estas historias están sacados de la realidad, pero sus actos y palabras son fruto de la más elocuente y descarnada sucesión de memorias fabulescas. Hurgando en sus propios recuerdos, el autor ha construido un mapa de ausencias y lejanías para hablar de los duros días de la infancia y de la juventud, del desgarro que supone vivir en un mundo sórdido donde no hay lugar para la carencia y la ingenuidad. En estos textos los personajes buscan lo que no se tiene, anhelan lo prohibido, lo que está más allá de las reglas: lo imposible. Ellos saben, presienten que nunca conseguirán lo que quieren. Estos personajes son como las soledades persistentes que sobreviven en los ichus y en la cima de los apus. Son los mismos que ahora invitan al lector a pasear por un espacio sincrético, mágico, poético, realista, andino, melancólico; todos casi en partes y medidas iguales. Es con estos breves textos que Luis Pacho pone a nuestro alcance un muestrario de lecciones de ausencia y desasosiego. 

Darwin Bedoya